Si estás de acuerdo con que los profesores puedan seguir jubilándose a los 60 años con 30 de servicio:
En este curso finaliza el período de aplicación de la Ley Orgánica de la Educación y, con ello, la posibilidad de que el profesorado se acoja a la jubilación anticipada en ella prevista. Este derecho se ha consolidado a lo largo de veinte años, aportando innegables beneficios a la calidad de la educación pública, sobre todo el rejuvenecimiento de las plantillas docentes y lo que esto implica para la formación de profesionales que aborden los nuevos retos que la enseñanza exige.
Ciertamente, vivimos tiempos de crisis económica. Pero será difícil salir de ésta sin la creación de puestos de trabajo. Suprimir la jubilación anticipada no puede sino agravar las posibilidades de empleo de las personas más jóvenes que esperan su turno para tener la oportunidad de trabajar como docentes.
En efecto, una educación pública de calidad, que garantice un futuro esperanzador y una sociedad justas, no puede sufrir recortes con excusas economicistas sino con grandes pérdidas para las generaciones venideras. Así lo entienden numerosos países de la unión Europea, que mantienen la edad de jubilación del profesorado alrededor de los 60 años.
La demanda del profesorado sigue siendo unánime. Mantener la jubilación anticipada prevista en la LOE supone un reconocimiento a la impagable labor de las y los docentes, y mayor solidaridad con quienes buscan su primer trabajo o esperan mejorar su precariedad laboral.
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